(19 de septiembre) Es Santiago Dithurbide, de una parroquia vecina al Hospital Municipal Houssay de Vicente López. Es la primera vez que ocurre entre los municipales.
“Histórico”, “un orgullo”, “un reconocimiento”, fueron solo algunas de las palabras que saltaron desde el gremio de los municipales de Vicente López al hablar del padre Santiago Dithurbide, de la Parroquia María Inmaculada lindera al Hospital Municipal Houssay, que fue electo delegado municipal.
El cura estará al frente en el nosocomio en el que presta sus servicios. Victorio Pirillo, el Secretario General del Sindicato de Trabajadores Municipales de Vicente López (STMVL), manifestó que “es un orgullo y un honor que un religioso esté vinculado de una forma más integra con los trabajadores, ejerciendo también su rol de mediador y de representante”.
Además, Pirillo recordó todas las tareas que desarrolló el padre durante la pandemia. “En época sin vacunas y que nadie conocía con exactitud la forma de contagio y los efectos, y cuando muchos compañeros de trabajo perdieron su vida al haberse expuesto al COVID-19 en el cumplimientos de sus tareas esenciales como servidores públicos, tanto como en los centros de salud, hospitales, cementerio, barrido, mantenimiento, y tantos otros, fue el padre Dithurbide quien me acompañó en la despedida de estos y también en contener a las familias de los casi 3000 trabajadores municipales contagiados por el virus”.
Desde el Sindicato de Municipales de Vicente López apuntaron que fue clave en Dithurbide “la contención en el duelo, una gran acción humanitaria y de servicio pastoral debe ser reconocida y valorada en estos tiempos donde todo pasa por lo material y no por lo espiritual”. Por lo cual, un “número importante de trabajadores votaron y eligieron como delegado del Hospital Houssay al padre Santiago, afirmó Pirillo.
“Significa un reconocimiento de sus compañeros que creen que, aparte de ser sacerdote, es un ser humano que trabaja junto a ellos en una labor por elección de asistencia incondicional por el prójimo”, añadió el referente sindical.
En el otro extremo, los empleados municipales de San Isidro, con fuertes críticas al Ejecutivo local de Ramón Lanús, se movilizaron el pasado viernes hasta el palacio municipal para visibilizar su reclamo en el segundo día de paro consecutivo. Hubo presencias de peso: comprometieron su presencia el titular de la federación bonaerense, Rubén “Cholo” García y el de la confederación nacional, Hernán Doval.
Los trabajadores municipales de San Isidro decidieron ir al paro por un reclamo salarial, de treinta más veinticinco puntos de incremento de haberes, para compensar la pérdida de poder adquisitivo de este año, piden que el intendente reconozca una serie de medidas no presupuestarias que habían acordado conjuntamente, pero que Lanús se niega a implementar.
“Nuestra intención es que se garanticen los servicios mínimos esenciales, pero la verdad es que hay tanto enojo por parte de los trabajadores con el intendente, que no estamos seguros de que se vayan a cubrir”, comentó Omar Arce, el titular del Sindicato de Trabajadores Municipales de San Isidro (STMSI).
“Desde hace dos semanas venimos recorriendo cada sector, cada repartición, realizando reuniones y asambleas de trabajadores. Ahí presentamos distintas opciones de medidas, de paros rotativos, brazos caídos y retención de tareas, pero en general, nos encontramos que los trabajadores quieren ir directamente al paro”, explicó el dirigente, que encabeza su gremio desde 2016 y nunca vivió este nivel de conflictividad.
“Además del atraso salarial, pesa mucho el destrato y la indiferencia del intendente respecto de nuestra problemática”, agregó.